El perdón es el medio a través del cual a la percepción le llega su fin. El conocimiento es restituido una vez que la percepción ha sido transformada y ha dado paso enteramente a lo que por siempre ha de estar más allá de su más elevado alcance. Pues las imágenes y los sonidos tan sólo pueden servir, en el mejor de los casos, para evocar el recuerdo que yace tras todos ellos. El perdón elimina las distorsiones y revela el altar a la verdad que se hallaba oculto. Sus blancas azucenas refulgen en la mente, y la instan a regresar y a mirar en su interior para encontrar lo que en vano ha buscado afuera. Pues ahÃ, y sólo ahÃ, se restaura la paz interior, al ser la morada de Dios Mismo.
Que el perdón elimine en la quietud mis sueños de separación y de pecado. Y que entonces pueda mirar, Padre, en mi interior y descubrir que Tu promesa de que en mà no hay pecado es verdad; que Tu Palabra permanece inalterada en mi mente y que Tu Amor reside todavÃa en mi corazón.