LECCIÓN 319

Vine a salvar al mundo.

He aquí un pensamiento del que se ha eliminado toda traza de arrogancia y en el que sólo queda la verdad. Pues la arrogancia se opone a la verdad. Mas cuando la arrogancia desaparece, la verdad viene inmediatamente y llena el espacio que, al irse el ego, quedó libre de mentiras. Únicamente el ego puede estar limitado y, por consiguiente, no puede sino perseguir fines limitados y restrictivos. El ego piensa que lo que uno gana, la totalidad lo pierde. La Voluntad de Dios, sin embargo, es que yo aprenda que lo que uno gana se le concede a todos.

Padre, Tu Voluntad es total. Y la meta que emana de ella comparte su totalidad. ¿Qué otro objetivo podrías haberme encomendado sino la salvación del mundo?¿Y qué otra cosa sino eso podría ser la Voluntad que mi Ser ha compartido Contigo?