LECCIÓN 302

Donde antes había tinieblas ahora contemplo la luz.

Padre, por fin estamos abriendo los ojos. Tu santo mundo nos espera, pues por fin hemos recobrado la visión y podemos ver. Pensábamos que estábamos sufriendo. Pero era que nos habíamos olvidado del Hijo que Tú creaste. Ahora vemos que las tinieblas son el producto de nuestra propia imaginación y que la luz está ahí para que la contemplemos. La visión de Cristo transforma las tinieblas en luz, pues el miedo no puede sino desaparecer ante la llegada del amor. Déjame perdonar hoy Tu santo mundo, para poder contemplar su santidad y entender que no es sino el reflejo de la mía.

Nuestro Amor nos espera conforme nos dirigimos a Él y, al mismo tiempo, marcha a nuestro lado mostrándonos el camino. No puede fracasar en nada. Él es el fin que perseguimos, así como los medios por los que llegamos a Él.