LECCIÓN 233

Hoy le doy mi vida a Dios para que Él la guíe.

Padre, hoy te entrego todos mis pensamientos. No quiero quedarme con ninguno de ellos. En su lugar, dame los Tuyos. Te entrego asimismo todos mis actos, de manera que pueda hacer Tu Voluntad en lugar de ir en pos de metas inalcanzables y perder el tiempo en vanas imaginaciones. Hoy vengo a Ti. Me haré a un lado y simplemente Te seguiré. Sé Tú el Guía hoy, y yo el seguidor que no duda de la sabiduría de lo Infinito, ni del Amor cuya ternura no puedo comprender, pero que es, sin embargo, el perfecto regalo que Tú me haces,

Hoy nos dirige un solo Guía. Y mientras caminamos juntos le entregamos este día sin reserva alguna. Éste es Su día. Y por eso es un día de incontables dones y de infinitas mercedes para nosotros.